Aun con el letargo del domingo se me dificulta iniciar labores inmediatamente con el mismo empeño con que inicie el Viernes.
Un café cargado, una pequeña plática con los compañeros y después la manera más light de comenzar a trabajar: revisar el correo electrónico.
Manía muy parecida a introducir un pie en el agua de la alberca antes de zambullirte para medir la temperatura. Una pequeña prueba de lo que te espera.
Una, dos cadenas, correo basura, un chiste conocido, etc. etc. …. de repente un titulo y un remitente saltan a la vista y mi cabeza revoluciona a ritmo de la mañana del Viernes anterior.
El remitente, una mujer por demás interesante, bonita, cuya relación con ella nunca ha rebasado la delgada linea entre amistad y “algo mas” . Una relación victima del ajetreo diario, los horarios y las distancias que no nos han permitido coincidir, muy a pesar de haber química y atracción por ambas partes.
Somos asiduos clientes del “posponer para otra ocasión” la cita para el café.
Platique hace poco con ella quedando así una cita pendiente. Como muchas otras veces.
Abrí el mensaje con intriga despues de recordarla brevemente.
El titulo del correo decía: .. “Vamos a cuidarnos.,.. mas vale prevenir…”
Por mi cabeza paso de todo, entre ellas marcas de artículos de látex y después un cúmulo de aspectos que había que tomar en cuenta al involucrarse en una relación por el destino prohibida.
Al igual pero en menor importancia paso por mi mente la pequeña impresión de que tal vez no era lo que pensaba.
Seguí leyendo: “…y cuidemos a nuestros seres queridos, Por favor envíalo a tus amigos (¡¡¡¡¡¡)…...”
En un breve momento regrese al Lunes , un café cargado me acompaño a terminar de leer una cadena de “Cómo cuidarse de la extorsión telefónica”.
Una sonrisa termino con el texto y el brake necesario del lunes por la mañana.
Era un inicio optimista. Al fin y al cabo iniciaba la semana y aún tenia una cita en la carpeta de pendientes.
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